*
I
INMERSIÓN
Deshabitada vivo,
abierta en dimensiones invisibles,
para que todo suene
como antes de nacer,
cuando todo mi cuerpo estaba inmerso
en el líquido amniótico extenuado;
y todo lo que había en mi galaxia
solía llamar piedra al gran silencio.
Pero la savia nueva,
de mi mirada esquiva,
precisa del oxígeno en bandadas.
II
CIUDAD ABIERTA
Y después del oxígeno
posiblemente llegue a una ciudad,
donde las flores pueblen
los mercados abiertos;
y las mujeres sueñen que ya existen;
mientras los hombres crean que son hombres,
en tenderetes llenos de colores
tumbados entre el sol y densa niebla.
Y los niños contentos,
como piratas negros,
juegen con fantasía a ser navío.
III
JADE DE PROMESAS
Y luego en un navío,
con sirenas aladas como proa
y dioses ambarinos como popa,
el mundo sin demora
querré yo recorrer sin la zozobra;
para encontrar la ruta de la seda,
las especias amadas de azafrán,
y jade de promesas en tesoros
de un mundo inextinguible:
aquél que un día mire,
desde otro firmamento a unas gaviotas.
Ana Muela Sopeña
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