lunes, 23 de junio de 2008

SOY LA MUJER CON ROSTRO

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Soy la hembra sin rostro
nacida de la sombra y de las aguas.

He venido a tentarte
a través del espacio y los espejos,
en juegos de palabras,
con guiños y correos de mil tonos.

Soy la hembra sin ojos
que no veo al demonio entre las piedras
y quiero dominar mi soledad.

Soy la hembra sin voz,
dirigida por pulsos invisibles,
intentando aprender el canto urbano.

Soy la hembra sin piel
que capta de tu mente sólo el beso,
el capricho nocturno, sin vacío.

Soy la hembra sin alma,
que comparte contigo sólo el humo,
lo que nunca existió ni antes de tiempo.

Soy la mujer con rostro
que vengo ya a vengarme del silencio,
renombrando las cosas con mis signos.

Soy la mujer con ojos
de colores intensos y violetas
que veo entes oscuros
en tus iris radiantes sobre el vértigo.

Soy la mujer con voz
del abismo estelar de las edades
que quiero ya expresarme
en el tálamo azul de tus placeres.

Soy la mujer con cuerpo
refinado y sensible por la luz.

Soy la mujer con alma
que desciende a tu infierno,

la que hoy te libera de ataduras
y te dona despacio antiguos códigos.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

Rosalia Linde dijo...

Magnífico poema, Ana. En él retratas a todas las mujeres en una sola, como los millones de hembras que nos habitan a las féminas. Utilizas unas imágenes poderosas y plenas de significado. Fue un placer leerte. Un beso.

Rosalía

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Rosalía. Todas esas mujeres están en mí (en diferentes momentos o etapas) y en todas las mujeres. A veces tenemos rostro y a veces no. A veces simplemente somos género o especie y otras personalidad independiente. Hay muchas opciones que son complementarias, contradictorias...En ocasiones no sabemos qué somos y otras sí. En esos rumbos de búsqueda estamos todas.

Me encantó verte por aquí, amiga poeta.

Besitos

Ana