viernes, 18 de julio de 2008

EL DOLOR DEL ABUSO

*
El dolor del abuso es espiral
que negra se conforma como sombra
por espacios sin luz, sin aire limpio.

Las víctimas se tornan ya verdugos,
los verdugos ya fueron antes víctimas,
tan sólo la conciencia para esto.

No existen vencedores y vencidos.

El dolor que te causo siempre vuelve.

El dolor que me causas multiplica
los campos de la muerte y de las lágrimas.

Psicólogos sociales hablan algo
de solidaridad humana y fértil,
altruismo recíproco genético
o incluso no genético, entre iguales.

Los budistas propugnan algo mágico,
meditación de Tonglen, muy genuina:

extraigo con mi luz tu oscuridad
y la transformo en algo ya sin lastre...

es una alquimia antigua descifrada.

Los cristianos alientan a entregar
por el mal recibido blanco espíritu:
perdonar enemigos, nada fácil.

En el fondo estas técnicas alquímicas
son la supervivencia en esta Tierra.

Si multiplico el daño que me haces
me vuelve ya aumentado por mil veces.

Las cosas no son fáciles, son cuánticas,
por eso muchas veces hay venganza.

Tan sólo la conciencia puede ver
que dentro del malvado hay un Ser Huérfano
y dentro del verdugo hay una víctima
de la depredación y la locura.

Que todo es espiral, algo terrible,
el número maestro en progresión
geométrica de luz o del infierno.

Si alguien abusa siempre de otros seres
en su historia biográfica hay abuso.

Y dentro de la víctima hay deseos
de vengar su dolor en otras víctimas.

Por ello sólo existe una vía lúcida:
discernir el sistema de razón
que engendra el juego sucio del poder.

Aplicar la visión del ojo antiguo,
mirar cada suceso con la lupa
de la mente despierta sin raíces
de emociones atávicas, primates.

Tan sólo la consciencia traerá luz
y desconectará este software-Gaia,
de víctimas, verdugos, salvadores,
para pasar a ser tan sólo Humanos
en libertad completa de crear.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

Rosalia Linde dijo...

Ana:

tu poema es impresionante. Me parece sabio y maravilloso lo que dices. Disfruto mucho con tu poesía. Un abrazo fuerte.


Rosalía

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Rosalía.

Es una alegría tenerte como lectora.

Ojalá ese software se desconecte y nos convirtamos en humanos estelares.

Un abrazo grande
Ana