jueves, 21 de agosto de 2008

MUJER EN SOMBRA

*
Una mujer en sombra te conoce,
te lleva entre su piel y en sus dos ojos,
te seduce en lo oscuro sin sus células,
incorpórea se lanza hacia tu centro.

Desde el caos prenatal
te da sus alas,
para surcar un cielo
de caricias,
allí bebes del mundo
y de la aurora,
alimentas tu grieta
y tu vacío.

Una hembra en lo oculto te restaura
de la vida monótona, gris, sórdida,
te traslada a galaxias clandestinas.

Una mujer de luz
te da sus iris,
para que tú contemples
lo que existe
con la mirada nueva
de la infancia.


Ana Muela Sopeña

4 comentarios:

Rosalia Linde dijo...

Ana:

genial poema. La mujer es la antorcha que ilumina la noche eterna del hombre. Me ha encantado. Te dejo un beso de luz y toda mi admiración.

Rosalía

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Rosalía, por brindarme tus palabras.

Creo que existen muchas relaciones que elevan al hombre más allá del comportamiento animal. A estas relaciones me refiero.

Aunque no excluyo las relaciones habituales entre mujeres y hombres, por supuesto.

Me encanta verte entre mis letras.

Un besito
Ana

Anónimo dijo...

Ay qué belleza, Ana! En parte me recuerdas aquél mito del andrógino, aunque no creo en los mitos ni en la imaginación, porque creo que no es más que memoria de pasado o futuro, tal vez de otros planos de la existencia, y pienso en esos dos que fueron Uno, y acaban reconociéndose por fin al rozarse su esencia (de esto hablaba mi Babel, tal vez lo recuerdes), y eso es hermoso, que prevalezca la verdad por sobre sus reflejos.
El hombre es un todo, carne, alma y espíritu, el animal-demiurgo que aprendió a desconocerse culturalizándose erróneamente, sin saber mirarse por dentro, pero despierta ahora, suavemente, y eres una bella muestra de este renacimiento.

Es que soy una romántica incurable, ya sabes, jaja, y me alegra tanto tener un tiempo disponible alguna vez para venir a tu paraíso y alimentarme, meiguita.

Otro beso y otro abrazo admirado, Ana querida. Regreso pronto.

Ana Muela Sopeña dijo...

Efectivamente, Lilit, fui un ser, con el hombre al que canto en este poema. Luego nos separaron en dos almas y, por casualidad me lo he encontrado.

Gracias por leerme y brindarme tus palabras, amiga poeta
Un beso grande
Ana