*
Recuerdo aquel momento
el pánico en mi piel,
te iba a conocer
y no sabía nada de tu miedo.
Te observé en el umbral
de aquel hotel suicida.
Sorpresa.
Un personaje de Farenhait 451
salió saludarme.
Charlamos.
Intentaste hacerme tuya.
No podía.
Aún yo no era libre.
Cruzaste la península,
nos vimos en la noche,
comenzó nuestra historia
y sigue todavía.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Miro hacia la noche y veo entre las sombras, las huellas verticales de alguien a quien quiero, radiando un asombro que se eleva a través de la extensión de lo que soy.
Miro y espero. Recuerdo ese momento que enreda mis raíces en todos los momentos.
Y sigue todavía, el sueño de una historia interminable.
Disculpa, Ana, ya sabes que a veces tus palabras me trasladan más allá de los límites de la realidad.
Bonita historia de encuentros.
Por un momento me sentí protagonista de la noche en lugares cercanos y distantes, como ecos de memoria en los sueños palpables.
Un beso que emigra al norte lejano.
Manuel
Gracias, Manuel, por viajar más allá de las palabras hasta mis sueños. Gracias por leerme. Este poema es para mí entrañable. Me agrada que te guste.
Un besito
Ana
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