lunes, 29 de septiembre de 2008

MATRIUSKAS

*
Como una matriuska
me voy haciendo más pequeña
hasta encontrar el hueco más profundo
de la irrealidad y el sueño.

Allí conecto con la nada
y comienza una aventura.

Las matriuskas rusas
se iniciaron
porque dos niños hermanos
quedaron huérfanos.

Pastoreaban para sobrevivir.

La hermana desapareció
y el hermano talló muchas muñecas,
unas dentro de otras,
para soportar la soledad.

Siempre que perdemos
el lado luminoso del alma
nos escindimos en matriuskas.

Capas y capas de subpersonalidades
nos protegen del vacío desolador.

Recuperar a nuestra hermana del alma
es nuestro reto.

Dame tus matriuskas
que yo te daré una hermana,
para que no te desintegres.


Ana Muela Sopeña

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