*
La noche nos inunda con su frío
de corazón desnudo.
Albergamos la idea de ser alguien
durante décadas o lustros.
Un día desistimos.
Descubrimos el gozo de ser nadie.
Un día desistimos.
Ni alguien ni nadie,
los extremos se tocan en la herida.
Ana Muela Sopeña
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