*
Volaba entre las nubes,
entre la inmensidad de la calima,
mientras se preguntaba por la sangre
de un suspiro inundado de deseo.
El abismo inquietante
la condujo por mundos de locura,
ensimismada con la arena
de hielo oculto.
Una luz adherida
a pájaros sonámbulos y cálidos
le recordó el momento de la niebla.
Un vagón esperaba en el andén
el aviso difuso al fin del sueño...
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Me gusta mucho el final...
Excelente poema
Que forma de decirlo
Imagenes muy buenas
Abrazos
Bismark
Gracias, Bismark. Me gusta verte entre mis versos.
Un abrazo grande
Ana
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