martes, 30 de diciembre de 2008

EN LA RAÍZ DEL AGUA

*
I
La soledad en la raíz del agua,
árbol de la noche.
Tu mano en mi mano.

II
La rosa de la luz vislumbra un rayo
que se entremezcla con la sangre.

III
Senderos entre niebla,
el ojo del crepúsculo me turba.

IV
He soñado con piel de tu naufragio,
me rozas con tu cuerpo solitario.
Ya no estoy sola.

V
El eco de la noche me protege
de todos los fantasmas del pasado.

VI
Dame tu historia errante entre la bruma,
como animal que surge de la nada.

VII
Horas de visiones
a través del océano sediento
de pétalos y arrullos en eclipse.

VIII
Un mineral me habla,
azabache en pupilas,
entramados mistéricos sin límite.

IX
Tiemblo cuando tus labios
me nombran en la esfera de la noche.
Vértigo de coral y lapislázuli.

X
Escondo mi dolor en una lágrima,
mientras tú me preguntas por el alba.
Sonreímos al sol.

XI
Toma mi luz del mundo en sortilegio,
dame tu sombra núbil en conjuro.

XII
Espero que mi aliento en la penumbra
te rescate de aquella decepción.

XIII
En tu juego tú apuestas,
en mi juego yo apuesto.
Nos apostamos todo por el todo.

XIV
A veces un naufragio no termina,
cuando el barco se ha hundido en el océano.
Termina años más tarde en un café,
cuando otro ser humano nos saluda.

XV
Eres entre calima mi susurro,
ése que me rescata del olvido.

XVI
Una casa en un lago de deseos:
un hombre, una mujer, una flor blanca.

XVII
En el espejo de la noche
entrégame las sílabas del mundo,
en códices de arena.

XVIII
¿Por qué te desintegras en vacío?
Avanza sobre mí, yo te contengo.

XIX
Quizás nuestras palabras fueron dichas
por nuestros dobles en un mundo paralelo.

XX
Los verbos de la herida se han cerrado.
Amor, tú ya no temas. Te curo con mis manos.
Ya no estás solo.

XXI
Eres la brisa fresca de la tarde.

XXII
Me abrazas bajo un átomo de luna,
te beso con frambuesas en los labios.
Avanzamos por rutas enigmáticas.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

Rossana Hasson Arellano dijo...

Ana , te saliste de ti misma querida amiga.
Te dejo besos alados
Rossana

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Rossana, te iba a invitar a leer este poema.

Me encanta verte por aquí.

Un abrazo grande
Ana