*
Las criaturas extrañas
ascendieron por mi cerebro,
hasta tomar el control de mi ser.
Una danza salvaje comenzó
en torno a un fuego azul en una hoguera
y todo en mí se hizo dúctil,
vibración desde el centro de mí misma.
El éxtasis y el gozo me inundaron
en medio de la luz más primitiva.
Me desperté de un sueño entre la lluvia
y de nuevo volví a mi realidad.
Ana Muela Sopeña
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