EL LOBO AULLABA

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.....El lobo aullaba en la noche sin estrellas. Iba invocando a los espíritus del viento. Hora tras hora la belleza de los muertos se iba enhebrando en pactos fieros con la luz. El lobo era en los espejos un apátrida que no escondía su ojo oculto mineral. En sortilegio con la luz de las edades, en el conjuro de las voces ya extinguidas. El lobo aullaba en el misterio solitario de nubes suaves consagradas a la diosa que prehistórica gemía en sus jadeos de hembra enigmática sumida en siete círculos.

.....El lobo aullaba entre las sombras del deseo, mientras sus iris le invitaban a ser hombre, para dejar el territorio del desierto, entre los brazos de otros seres sin temor.

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Ana Muela Sopeña