*
La luna melancólica
se mira en un espejo con crisálidas
y allí bebe la niebla,
para ensoñar el mundo.
El sol sabe de antojos y caprichos
y se oculta tras cúmulos de sombras,
con la luz del invierno, en un presagio.
La Tierra en su visión
permanece sonámbula
y aspira a ser la diosa del gran código.
Ana Muela Sopeña
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