sábado, 10 de enero de 2009

MARASMO

*
Con la mirada perdida en su mundo oscuro
una mujer divaga en sus lamentos.

Una categoría la mató:
Alzheimer.

Recordaba las cosas por colores,
pero los nombres iban y venían.

Sus hijos la llevaron al neurólogo.
Pronunció el fatídico diagnóstico
y su vida normal ya no fue nada.

Silencios rotos en crepúsculos.

Vive sumida en la arena
de los recuerdos...
en un hogar de ancianos.

Casi no van a visitarla.

Musita farfullando las palabras,
pero nadie le escucha.

Su mundo reducido ya es marasmo.


Ana Muela Sopeña

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Si en la enfermedad todo va tomando forma, tras la progresiva sospecha de los síntomas, respecto de su efecto me ha impactado esa “inmovilización”, la sórdida llamada a un cuerpo que ya no responde (ya no como mera estación), su “no retorno”, nuestra impotencia.
Renuente lectura a encontrar en lo patológico su acabamiento. Pensando en su cuerpo: El último compañero de su viaje.

Un poema que me hace pensar que sin embargo; en lo inmóvil, se sigue moviendo.

Bella lectura
Un besote

Ana Muela Sopeña dijo...

Sí, Miguel. En lo inmóvil un paciente con Alzheimer aún siente emociones y tristezas, soledad y marasmo. Por eso, aunque vayan perdiendo la memoria y las funciones vitales poco a poco deberían recibir más apoyo porque si no su sufrimiento es enorme.

Y creo que en los geriátricos hay muchísimas personas abandonadas a su suerte. Son cuidados en lo físico, pero lo social y emocional se descuida. Es señal de una sociedad que sólo se preocupa de los individuos útiles y productivos y no tiene respeto por los ancianos. Los trata como trastos inservibles.

Un abrazo grande
Ana

antonietta valentina bustamante dijo...

Ana, es un poema que conmueve por la realizad que declama, a veces he ´pensado que es una manera de no darse cuenta de la realidad...tal vez s esufra menos.
Un abrazo

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Antonietta. Creo que la realidad de nuestros mayores es terrible.

He querido reflejar eso en estos versos.

Un abrazo grande
Ana