*
Cuando miro la rosa,
bajo el agua marchita de los sueños,
un lago me sorprende
y me lleva hacia el Sur.
Y si contemplo el árbol,
con fuego en el crepúsculo,
el mar de los suspiros
me dirige hacia el Norte.
Una hoja con hechizos
en conjuro de tierra me seduce
y encamina mis pasos hacia el Este.
Mas al final la luz de tu piel lúbrica
en sortilegio de aire me subyuga
y me enfoca al Oeste, hacia tu casa.
Ana Muela Sopeña
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