*
Desciende por el laberinto de silencio
y entrelaza tu mundo,
necesitado de belleza,
con mi espíritu guardián
de la puerta que conduce al sol negro primigenio.
Asciende por los espejos de obsidiana
e integra tu piel
en el vértigo de lluvia,
con el umbral de los misterios
de la diosa Selene en su refugio.
Ana Muela Sopeña
martes, 24 de febrero de 2009
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