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A Leticia de Santos, excelente poeta
Lo infinito se mezcla con el sueño,
atemporalidad entre relojes
en espejos robados de obsidiana.
La belleza del tiempo
tan elástico
que cabe sin un límite en tus manos
de animal susurrante libre y dúctil.
Proteges con tus labios a la Tierra
de la depredación y la locura.
Eres la mujer clara
de una galaxia errante y paralela.
Abrazas con tu verbo
al horizonte
y encantas a los árboles
con sílabas
que sangran
en las noches
por la piel.
Ana Muela Sopeña
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