lunes, 20 de abril de 2009

LUNA ETÉREA

*
Él recorrió las calles con su herida,
para salir de un mundo de cristal,
en lugares abiertos al espacio
y al tiempo consagrado
a la memoria.

Ella se sumergió bajo la lluvia,
en nubes adheridas a la nada,
con algodón de azúcar
en sus manos.

Ellos fueron mojándose
sin límites,
bajo la luna etérea de la noche.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

Wilson Maravella dijo...

ninguno de los dos habló, ninguno de los dos recordó todo estuvo vivo y muerto desde el principio

Ana Muela Sopeña dijo...

Sí, así es, Nacho.

Vivo y muerto desde el principio, qué imagen...

Un beso
Ana