*
Descifró su misterio en el silencio,
se alejó respirando entre helechos y algas.
Quería ser de agua en medio de la noche
y sucumbió a la sombra de belleza continua.
Una mujer de océano emergió entre la espuma
y sus ojos radiantes inundaron el aire
de relámpagos suaves.
Se desnudó sin miedo y su piel era nívea.
Quería soñar sola sin recuerdos del mundo.
Ana Muela Sopeña
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