*
Una mujer desconocida
se esconde entre la niebla
y me mira en el vértigo de la primera vez.
Se desliza por mundos
donde el hechizo es habitual.
Capto imágenes del agua
en sus iris inquietantes.
Una mujer desde su hogar
me escucha entre los sueños
y percibe mi grito de las sombras.
Los lobos ya no saben que vendré
a paliar la orfandad de mi otro yo.
Una mujer desconocida
se mira en el espejo
y cabalga hacia esferas habitadas.
Ana Muela Sopeña
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