*
Cada día decide abandonarla,
pero siente que aún la necesita.
La esconde en los armarios,
se olvida de que existe,
pero ella sigue allí con insistencia.
La botella lo arrastra hacia el abismo.
Cada hora procura ser más fuerte,
pero hay muchos demonios en el vaso.
Entabla un duelo a muerte
con los diablos ebrios que le asedian
y sale vencedor en la batalla,
pero ahora ya es tarde
su cuerpo yace frío bajo lápida gris sin epitafio.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
¿Cuantos hay querida? y seguirán existiendo, sobreviviendo tal vez a si mismos.
Me da mucho gusto despedir mi día en tu casa
MUY BUENAS NOCHES ANITA
Rossana
Así es, Rossana. El alcohol los deja muertos en vida y finalmente los mata.
Un abrazo
Ana
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