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A Eduardo Apodaca
Aquel día cambió toda la historia
tu muerte sorprendió mi sueño en vida,
nunca supe el porqué de tu partida,
la verdad es terrible en la memoria.
Hay noches de nostalgia en una noria
que saben de lo oscuro en la batida,
anhelando el recuerdo en la salida,
para honrar un amor-dedicatoria.
Quizás llegue un momento en que comprenda
que todo es ilusión, hasta la muerte,
entretanto procuro serenarme.
Una luz me señala la otra senda,
donde puedo sentir que vuelvo a verte
y tú viajas veloz hasta ensoñarme.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Entrañable y maravilloso soneto. Eduardo forma parte de ti, forma parte de todos y de alguna manera te escuchará. Un beso de caleidoscopio.
Rosalía
Gracias, Rosalía. Hay noches en las que el recuerdo se hace muy intenso, sí.
Un beso grande, amiga
Ana
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