*
Duelen los músculos
en el sopor de arena.
El cansancio me asfixia,
mi piel ya no consigue ser de agua.
Es denso
el aire que percibo,
ya no danzan los relojes
en el espacio-tiempo de la luna.
Contemplo las aceras
a través de la calima.
El cuerpo se estremece
en la respiración de la belleza,
aunque las horas pesan como siglos.
Ana Muela Sopeña
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4 comentarios:
Que la piel consiga ser de agua nos hará eternos en su ciclo vital.
Con tus poemas te acercas a esa meta.
Un beso
Gracias Jesús, me encanta que te haya gustado.
Un beso
Ana
El peso de las horas, el tiempo jugándonos malas pasadas, y la ventana siempre abierta de los ojos, enmarcando tu poema.
Un beso
MArian
Marian, gracias por pasar y dejarme tus palabras.
Un abrazo grande
Ana
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