*
Me gustaría ofrecerte
mi alegría,
pero sólo soy dueña del vacío,
quisiera obsequiarte con arándanos
y agua de manantial de los deshielos,
mas sólo puedo darte
la lluvia de mi piel en la oquedad
y un gorrión diminuto
recordándote siempre que estás vivo.
Ana Muela Sopeña
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