*
El mundo de tu luz es tentador,
en las tardes con árboles sin luna
que abrazan a las nubes en su cuna
y evitan lo terrible del dolor.
Espero en mi refugio seductor
que me hables de tu nido y tu fortuna,
donde no habita el viento entre la runa,
en medio de un espejo de dulzor.
El universo suave, entre castaños,
contempla tus preguntas a la brisa
y el instinto ritual de la belleza.
Persigo escarcha y flor en estos años
y busco la alegría de Artemisa
oculta en la penumbra y la maleza.
Ana Muela Sopeña
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