sábado, 22 de agosto de 2009

SÁLVAME

*
Arrástrame a la lluvia
de una muchacha lánguida
en espejos de sal, con nuestros nombres.

Anuda tu alma errante a mi piel lúbrica,
sacude mi granizo con tus manos,
disuelve las historias de penumbra en lo oculto.

Abrázame en los túneles de luz,
para que al despertarte me protejas
de sombras del averno.

Bésame en territorios de la rosa,
con labios asombrados de la noche.

Rózame con tus dedos tan cautivos
que saben de prisiones en la niebla.

Átame con seis cuerdas invisibles
que inicien en mi vientre tu retorno.

Sálvame del marasmo,
seduce con tu fuego a mis eclipses.


Ana Muela Sopeña

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