*
Después de aquella imagen
todas las ilusiones se esfumaron.
La memoría vacía
se convirtió en relámpago de fuego,
para asumir el tiempo
desterrando lo utópico.
Y de pronto un fulgor
de libertad creciente
ascendió por la médula
y estalló en el cerebro
como una luz azul fuera del mundo.
Ana Muela Sopeña
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