*
La bruma me hizo ver tu soledad
en paisajes de niebla sumergida,
en mundos consagrados al silencio.
Tú estabas fijamente sobre el mar
con las olas atadas a tu daimon
y océanos de espuma en lo abisal.
Yo esperaba sentada entre las nubes
que tu voz me invadiera en la distancia,
pero nada pasó.
Y aquel otoño infame
fue diluyendo en brisa las visiones,
con sal de las imágenes convexas
y lluvia con historias entre rosas.
Tus ojos delataron mis sueños adheridos
a las grutas sonámbulas y heridas,
para soñar con sombras de metal.
Se fue extinguiendo el pozo del mutismo
en párpados de nieve sobre el alba.
Mi deseo intentó anudar tu espíritu
a mi piel imantada por los vientos,
pero todo fue en vano.
Llegó con su gran red el aislamiento
y me inundó de frío con su luna...
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Me encanta la tensión que creas en el poema hasta el desenlace: la desolación.
Buenisimo poema Ana.
Que tengas buen dia.
Perfecto, gracias por tus palabras.
Un abrazo desde la poesía
Ana
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