PUPILAS AÚN VÍRGENES

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Deambulo entre la niebla y la luna se enreda con mi pelo,
en laberintos grises de frío en la distancia.
El tren de los deseos inconclusos me transporta a ciudades con la lluvia
y sigo caminando entre la bruma a través de una ruta laberíntica,
entre amados portales, por los sueños del agua.
La existencia en los parques melancólicos se parece a visiones
de niñas con sus diábolos jugando por las tardes.
Los ojos del ensueño contemplan la belleza de las fuentes,
en instantáneas de silencio, sin olvidos de sauces de nostalgia.
La escarcha de la noche en el relámpago aguarda desde el fuego
los momentos de magia que anidan en pupilas aún vírgenes.


Ana Muela Sopeña