jueves, 31 de diciembre de 2009

COMPASIÓN

*
La compasión se hacía necesaria
en las galaxias rojas,
en nebulosas áureas y despiertas,
en asteroides dentro del delirio.

El adn ansiaba despertar
entre los arrabales de la herida.
Heridas colectivas y de guerra,
heridas personales,
todos los desamores y despechos.

Las células buscaban su victoria
entre la paz de un mundo iluminado.

Las calles de ciudades eran mundos
habituados a angustias y ansiedades.

La gente caminaba en su destierro
por plazas y por parques
oscuros como grutas
abandonadas, frías, en penumbra...

Un muro de silencio se rompió
renació entre la bruma un ser lumínico
en los espacios cuánticos del sol,
bailando entre las lunas de saturno.

La compasión se hacía necesaria
en todos nuestros genes estelares
que venían con lastre,
arrastrando rencores
desde la prehistoria de la historia.

La compasión nacía entre los bares,
en aceras sumidas en llovizna,
en campos de cereales,
en nubes adheridas al bostezo
en carreteras grises,
en camiones helados
con cadenas.

La compasión se hacía inevitable
entre la piel del sueño de los hombres,
en las manos de niños y de niñas,
en las pupilas densas de mujeres.

El adn blanco iba naciendo
entre clepsidras híbridas de ti.

Primitivos los gestos de los seres,
para sellar un pacto de hermandad
en la especie más loca de la Tierra.


Ana Muela Sopeña

4 comentarios:

Santiago Redondo Vega dijo...

Con el ADN intacto y compasivo escriben los poetas la magia de las horas, como tú la captas Ana, delatora y sublime.

Un abrazo y Feliz Año.

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Santiago, por las palabras que me brindas.

Un beso
Feliz Año nuevo 2010
Ana

Gabriela dijo...

Mi querida Ana...Estod últimos versos me parecen el cierre perfecto a tan grandioso poema.
Tú nunca defraudas, y sí me sorprendes, siempre.

Un abrazo desde el 2010
y te deseo lo mejor para tí en unión de tus padres

Gabriela

Ana Muela Sopeña dijo...

Gabriela, gracias por pasar y brindarme tu huella de luz.

Un beso, amiga
Ana