*
La sombra del reloj se ha detenido
con los huesos de imágenes volátiles.
Atávicas visiones
se deslizan
en el silencio etéreo
de la noche.
El mundo se hace lágrima
mientras la reflexión nos va minando,
por calles y por plazas en destierro
de mutismos desnudos.
Las estrellas precarias
nos columpian
entre esos sembradores
de la magia
que inspiran con la luna.
Una luz transformada nos posee
en el tiempo infinito.
El presente se nutre del enigma...
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Infinito el mutismo de la urbe.
Qué grande es tu poesía querida Ana.
Un abrazo cálido y sincero con toda mi alma.
Gracias, María, por tus palabras tan positivas.
Un besito, amiga
Ana
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