*
Solo,
encerrado en el mundo de lo oscuro.
Allí todas las horas son convexas.
No conducen al sol,
tampoco llevan nunca a tu presente.
El tiempo detenido ahora es tu aliado.
Las espirales giran sin cesar
y te ofrecen el rostro de lo extraño.
En la desposesión de un ángulo de niebla
las ventanas con rejas se hacen duras
y te muestran la cara del abismo.
El espacio se curva mientras piensas
en caminar por calles con farolas,
con los pasos de cebra
regulando tus huellas decididas.
Los relojes te ayudan a soñar
entre los calendarios de la herida.
Solo,
el planeta se torna ahora un reto
desde el conocimiento de lo ínfimo.
Es el instante pleno para entrar
en las cuevas ocultas de ti mismo
y allí encontrar umbrales
de percepción girada de tu ser.
Habita los lugares de la bruma
que enraízan con nudos en tu cuerpo
y
ábrete a explorar cualquier galaxia
partiendo de tu propio microcosmos.
Ana Muela Sopeña
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4 comentarios:
Anita, un poema hermoso y doloroso. Creo que muchas veces nos podemos sentir asi en la vida, solos y atrapados por rejas que uno mismo se construye, es por eso que la soledad y el encierro es tan subjetivo.
Tus versos son bellos amiga.
Felicitaciones y un beso
Gracias, Elisa, por brindarme tus lindas palabras. Esta soledad, este encierro, patrimonio de uno y de todos. Experiencias duras que hace florecer la luz del alma o morir.
Te dejo un beso
Ana
Querida Ana, has escrito un poema bellísimo.
La soledad, esa señora fiel que nos acompaña, es también una maestra de la vida.
y también, solos nacemos y solos, morimos.
Hacerse amiga de ella es la mejor elección
mil besos
beatriz
Beatriz, gracias por dejar tu huella entre estos versos.
Un abrazo grande
Ana
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