sábado, 16 de enero de 2010

EL HOMBRE LEÍA Y ESCRIBÍA

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.....El hombre leía y escribía en su habitáculo de arena. Pasaba las tardes mirando por la ventana, esperando tiempos mejores. Soñaba con caballitos de cartón que le hicieran regresar a la infancia y con sirenas auténticas del mar de los Sargazos. El hombre leía y escribía en su cubículo de sal. Le gustaba contemplar el amanecer y mirar absorto las bandadas de aves que volaban sobre su cabeza. Un día lo llevaron a la cárcel por equivocación. Allí se entristeció porque no había luz, pero pronto recuperó la fe en los milagros. El hombre leía y escribía en su celda de metal. Miraba por la alta ventana, con rejas y seguía soñando con caballitos de cartón, pero esta vez ya no regresó a la infancia. Esta vez se conformó con regresar a la calle más cercana de su casa y ensoñar los crepúsculos sin nombre. El hombre leía y escribía en su habitación sin vistas, rodeado por otros hombres que también ansiaban leer y escribir, pero se resignaban mirando a la pared. El hombre leía y escribía en su nostalgia del alba y recordaba la libertad perdida, en las noches sin eco. El hombre salió en libertad, siguió leyendo y escribiendo, pero ahora los crepúsculos recuperaron el nombre y la nostalgia cedió el paso a la alegría.
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Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

ELISA GOLOTT dijo...

"...y el hombre leyó y escribió la historia de su vida. Su pasado, su presente y su futuro. Y fué feliz por que descubrió el amor, la amistad y volvió a nacer...
...Y el hombre continuó escribiendo para nunca más dejar de hacerlo. Y sus letras se fundieron en el espacio infinito con las estrellas, los pulsares, las supernovas...todo lo que él amaba. Y se llenó de paz."
Un abrazo amiga

Ana Muela Sopeña dijo...

Elisa, gracias por pasar

Un abrazo
Ana