*
I
He mirado en tu mundo de cenizas
y sólo veo lunas
escondidas en albas con espejos.
II
Dame la mano
entre árboles prendidos al silencio.
El frío huye.
III
A veces la mirada nos traiciona
sobre la luz de un mar ensimismado.
Ya no estoy sola.
IV
La verdad de la niebla se hace nítida
en medio del amor y de la muerte.
V
Desolación,
más allá de los muros de metal.
El tiempo espera.
VI
Las cuevas van cerrando sus postigos
en el umbral de un tiempo traicionado.
VII
Oscuridad de bruma
a través de un infierno en discrepancia.
VIII
Entramados de luz entre la sombra,
el sueño se detiene entre tu piel.
IX
Tú miras el paisaje en el crepúsculo,
con la lluvia en aceras ya dormidas
mientras el eco trae susurros de aire.
X
He llamado a tu puerta.
Esta noche quería estar contigo.
XI
Las horas se deslizan por mi cuerpo
como si fueran gotas del océano.
XII
La escarcha ya no sabe de las grutas
y tú no olvidas nunca que soy híbrida.
XIII
Entre las olas
la sal me va dejando tu sabor,
en habitáculos de niebla.
XIV
Nostalgia de otro tiempo seducido
cuando la piel del nombre era frambuesa.
XV
Adormecida
un relámpago intuye que soy ave.
XVI
La piedra es un hogar ensombrecido.
XVII
Humedad en la aurora de tu piel,
el agua en la raíz es otro símbolo
de antigüedad en diosas de silicio.
XVIII
Arquetipos de sal en los contornos
del mar enamorado de la noche.
XIX
Un eremita sabe de la arena abandonada
en la casa de la playa
con una caracola de silencio.
XX
La mariposa sabe de los cambios
en el caos del refugio más atávico
que se esconde en mutismos sin fronteras.
XXI
El amor es un pájaro que canta
que deja de cantar si se lo enjaula.
XXII
Toma mi mano,
libértame del frío traicionero
rescata de mi ser
la esencia de agua.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Tendríamos que acoger un mundo de cenizas y el mundo pasa; Y nosotros descifrando su espesura.
Un entramado poético, Ana, es un febril obsequio, la permisividad del habla; A ser recibidos de puerta en puerta en cada poema.
Vemos en cada entrega tuya ese afán de continuidad, como pequeñas gotas acicalando otros cuerpos, ya teñidos, imprimiéndoles carácter.
Un besote
Miguel
Miguel, muy hermosas tus palabras que agradezco sinceramente.
Un abrazo enorme, amigo
Ana
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