viernes, 22 de enero de 2010

HE MIRADO EN TU MUNDO

*
I

He mirado en tu mundo de cenizas
y sólo veo lunas
escondidas en albas con espejos.


II

Dame la mano
entre árboles prendidos al silencio.
El frío huye.


III

A veces la mirada nos traiciona
sobre la luz de un mar ensimismado.
Ya no estoy sola.


IV

La verdad de la niebla se hace nítida
en medio del amor y de la muerte.


V

Desolación,
más allá de los muros de metal.
El tiempo espera.


VI

Las cuevas van cerrando sus postigos
en el umbral de un tiempo traicionado.


VII

Oscuridad de bruma
a través de un infierno en discrepancia.


VIII

Entramados de luz entre la sombra,
el sueño se detiene entre tu piel.


IX

Tú miras el paisaje en el crepúsculo,
con la lluvia en aceras ya dormidas
mientras el eco trae susurros de aire.


X

He llamado a tu puerta.
Esta noche quería estar contigo.


XI

Las horas se deslizan por mi cuerpo
como si fueran gotas del océano.


XII

La escarcha ya no sabe de las grutas
y tú no olvidas nunca que soy híbrida.


XIII

Entre las olas
la sal me va dejando tu sabor,
en habitáculos de niebla.


XIV

Nostalgia de otro tiempo seducido
cuando la piel del nombre era frambuesa.


XV

Adormecida
un relámpago intuye que soy ave.


XVI

La piedra es un hogar ensombrecido.


XVII

Humedad en la aurora de tu piel,
el agua en la raíz es otro símbolo
de antigüedad en diosas de silicio.


XVIII

Arquetipos de sal en los contornos
del mar enamorado de la noche.


XIX

Un eremita sabe de la arena abandonada
en la casa de la playa
con una caracola de silencio.


XX

La mariposa sabe de los cambios
en el caos del refugio más atávico
que se esconde en mutismos sin fronteras.


XXI

El amor es un pájaro que canta
que deja de cantar si se lo enjaula.


XXII

Toma mi mano,
libértame del frío traicionero
rescata de mi ser
la esencia de agua.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tendríamos que acoger un mundo de cenizas y el mundo pasa; Y nosotros descifrando su espesura.
Un entramado poético, Ana, es un febril obsequio, la permisividad del habla; A ser recibidos de puerta en puerta en cada poema.
Vemos en cada entrega tuya ese afán de continuidad, como pequeñas gotas acicalando otros cuerpos, ya teñidos, imprimiéndoles carácter.

Un besote
Miguel

Ana Muela Sopeña dijo...

Miguel, muy hermosas tus palabras que agradezco sinceramente.

Un abrazo enorme, amigo
Ana