*
Las palabras cabalgaban
en los surcos de los sueños,
como si fueran caballos
en el delirio del tiempo.
Rozaban tu piel azul
y soñaban con el viento,
seducían a las nubes
y se amaban tras los velos.
Las palabras dormitaban
bajo sábanas de espejos,
para perseguir alondras
escondidas entre hielo.
Murmuraban sus salmodias
en el temblor de la noche
y besaban la belleza
sobre los muros de adobe.
Las palabras eran cómplices
de los árboles del orbe
y susurraban secretos
bajo la sombra de un broche.
Encendían una luz
en la rosa de las voces.
Mientras, tocaban el cielo
y contemplaban visiones.
Ana Muela Sopeña
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Qué versos Ana, debería decir Hada porque sencillamente tu poesía, una hermosa magia que atrae.
¡¡¡Bellísimas imágenes!!!
Te quiero mucho y te admiro tanto.
Mi abrazo con cariño.
María, me agrada que este romance onírico te haya gustado.
Un besito hasta tu México querido
Ana
Publicar un comentario