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Un mundo de verdad y de belleza
delata el territorio de la rosa
que sana la ebriedad de los sentidos
y permite mecerse entre las sombras.
Mis labios buscan siempre tu silueta
para soñar visiones en las horas,
con pétalos de lirios en espejos
y el poder ancestral de muchas diosas.
La luna en el delirio delicado
seduce a las adelfas tras la aurora,
en un cielo de heridas y silencios
que se esconde del sol bajo sus ondas.
Las nubes caprichosas y sedientas
componen con su pluma una gran oda,
habitada de estrellas y de reinos
que persiguen tu luz sobre las olas.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Un romance delicioso, sutil cual onda marina, cual adelfa de las fuentes, donde el amor se reclina a la sombra de un universo ensombrecido.
Delicioso.
Un abrazo.
Perfecto:
Me alegra que este romance endecasílabo te haya gustado.
Es un honor tener lectores como tú.
Un beso
Ana
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