*
Invade los espacios de mi sombra,
para que al despertarme tú me mires
enredado en mi mundo primigenio.
Acaricia el umbral de mis ensueños,
más allá de los vértigos del alba.
Succiona con la luz mi piel de sueño
y permite a la noche sorprenderme.
Alucina en los árboles violetas,
en el límite abierto a los sonidos.
Intenta reunirte con mi espíritu
en el exilio amargo de la herida
y rózame con dedos de león
en nuestra oscuridad
más infinita...
Ana Muela Sopeña
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