domingo, 14 de febrero de 2010

TU PIEL EBRIA

*
Tu piel ebria de mí me hace mirar
la tormenta de fuego sobre el mundo

en el centro
de todos los presagios.

Relámpagos amados por la espalda
en labios de la noche sin edad,
con los truenos que suenan a lo lejos
en el vientre con néctar de la diosa
y rayos asombrados de la infancia.

La boca seductora de los siglos
se entrega a la hora cálida de lluvias
con ojos inquietantes de la tarde,
en aguaceros de silencio.

Tus iris saben ser siempre el espejo
en un cielo plomizo y vengador,
en pupilas de espacios innombrables
con las gotas de esencias del destino,
en pestañas sinuosas del azar,

mientras el agua clara
va girando.


Ana Muela Sopeña

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