miércoles, 24 de marzo de 2010

ALGO SÓRDIDO

*
El paisaje
se hacía desolado
a medida
que pasaban los meses.

Todo se transmutaba
en algo sórdido.

El éxtasis
de los primeros tiempos
se había diluido
entre la niebla.

Los momentos
ya no era como antes,
las miradas cautivas
ya no estaban,
la ilusión
se había ido por fisuras
y nadie se explicaba
los porqués.


Ana Muela Sopeña

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