domingo, 21 de marzo de 2010

EN LA PENUMBRA ESCUCHO

*
En la penumbra escucho
el laberinto amado de tu cuerpo,

como un reloj caído
bajo una lluvia cálida de lunas.

La noche me perturba
con su vacío lleno de extrañeza
y soledad que busca entre los vórtices
la fuerza primigenia del origen.

Con el ojo mistérico
contemplo un búho blanco
que ampara los sonidos del crepúsculo.

El tiempo sumergido en su memoria
es devenir exacto de la rosa
que pacta con su luz ser de otro mundo.


Ana Muela Sopeña

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