sábado, 24 de abril de 2010

ABANDONO LAS HUELLAS

*
Abandono las huellas
en la oscuridad de la palabra
y permito que el viento de tu voz
me resucite de la muerte.

Me columpio en la nada
y me paseo por el cosmos
en infinito vértigo de mundos.

Un sonido de niebla
me ampara entre los límites del sueño.

Escucho el tono de los árboles,
cuando la noche nos protege
en el espacio-tiempo de la Tierra.

Los latidos del agua
me subyugan con cánticos de ónix.

Diminutas partículas
se alzan sobre ríos de emociones.

Una mirada pícara en la sombra
me sonríe sin malicia.

Abandono el camino ya trillado
y abrazo rutas nuevas
comiendo mandarinas y naranjas.


Ana Muela Sopeña

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