*
La danza silenciosa en su guarida
se organiza con luz bajo los cielos
y belleza del agua de los hielos,
con sangre del instante de partida.
Un sonido de niebla en despedida
me atrapa la cabeza por los celos
y me lleva al lugar donde no hay velos,
mientras voy caminando sin salida.
La música del aire de la noche
se presenta en un árbol de palabras,
para expresar la flor azul del fuego.
Al final me coloco alegre un broche
y te permito a ti, tiempo, que abras
el instinto que habita hoy en mi ruego.
Ana Muela Sopeña
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4 comentarios:
Bravo Ana, tu técnica es envidiable.
Un beso.
Gracias, Mamen, por pasar y dejar tu huella.
Un abrazo grande
Ana
Aplausos, Ana. Un auténtico placer esta lectura.
Salud.
Gracias, Julio, por pasar y dejar tu huella.
Un beso
Ana
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