*
Pero hay que seguir.
Seguir aunque la nada sea lluvia,
seguir aunque la gente no nos hable,
seguir aunque el instante sea sórdido,
seguir aunque a los hielos nos arrojen.
Y no mirar atrás aunque nos pisen
y seguir avanzando,
a pesar de la bruma melancólica
y de los muros fríos que nos frenan.
Seguir aunque la noche sea larga,
seguir aunque el futuro sea incierto,
seguir porque la vida sólo es eso,
seguir cuando nos place y nos complace
y seguir cuando hiere
y nos tira y nos vence y nos golpea.
Seguir y levantarnos y seguir,
para encontrar de nuevo
el tiempo lúdico
de la rosa danzando en la bahía
en los ojos de un mundo seductor.
Ana Muela Sopeña
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