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La batalla comienza cada día
cuando observas el aire sideral
y miras a través de ese cristal
sintiendo en tu piel clara que no hay guía.
Las horas no presentan sincronía
tan sólo dejan ver el gris metal,
en la ciudad de océano abisal
que hace sonar la antigua melodía.
Y te pones las botas de soldado,
para salir al mundo a pleno sol
y de nuevo ser hombre sin dolor.
Reflexionas, te crees abandonado,
pero todo es alquimia en el crisol
que se orienta al espacio creador.
Ana Muela Sopeña
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6 comentarios:
Ana, como siempre un arbazo fraterno desde Cuba, en mi nombre y de nuestro Grupo Ala Décima. Aprovecho para informarle que en el panel derecho de Cuba Ala Décima hemos habilitado un acápite para "asomarnos" al quehacer decimístico por regiones de Iberoamérica. Si hace clic donde dice España, lo que saldrá será la última reseña suya que publicamos. Por cierto, para la próxima ocasión ya no sé qué voy a hacer con la única foto suya que tengo, para que parezca diferente. Beso su mano. Péglez.
Querida Ana:
Eso, anímate, venga. El amigo Péglez, mi tocayo cubano, se lo merece. Y así nos aliviamos todas/os.
Un beso.
Pere.
Posdata: esta noche tendrás el soneto en catalán. Una delicia, tu texto.
Gracias, Pedro, por pasar y dejar tu huella.
Un abrazo enorme
Ana
Pere, es un honor tu paso por mi blog. Todas tus traducciones son una gran alegría para mí.
Una abraçada
Anna
Tienes razón, Ana, con tu extraordinario poema. La batallas por y en la vida son incesantes. Gracias a Dios, la poesía nos salva de todas esas viscisitudes para enfrentarlas con estoicismo.recibe, pues, aunque con tardanzas, mi enhorabuena por este poemón.
Un abrazo,
André Cruchaga
Gracias, André, por tus cálidas palabras.
Un beso enorme
Ana
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