*
La otra
me espía entre visillos
y me sigue
por corredores de misterio,
donde la sombra invade las estancias.
La otra me vigila por las noches
y me dicta al oído las palabras
inmersas en los baños de silencio.
La otra está esperando mi derrota
o mi triunfo en los carros del instinto.
Y yo espío a la otra
bajo el agua de luz y geometría.
La vigilo en las jaulas del secreto,
para soñar que ampara
la errante maravilla de estar viva.
Ana Muela Sopeña
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4 comentarios:
Te sigo, con mirada de lector cómplice. De poeta cómplice y me llevo con estima el verbo y el ritmo de “La otra”
- No se te puede leer sin entrar en un chatty mood entrañable -
Queda la huella de la visita y la promesa de seguir visitándote. Isa
Gracias, Isa, por leerme con ese cariño.
Un beso
Ana
Sí, Ana.
Certera.
En el más obscuro centro.
Diamante en la ola.
Saeta de luz.
Para que luego nos hablen de cristal hecho añicos.
O la mano que no deja huella
ni impromptus.
Cierta,
como renuevo de Eros.
In media res del pasillo.
(A quien lo sabrá entender)
Es que los símbolos nos envuelven, Pere.
Y me pregunto si la otra lo sabe...
Un abrazo
Ana
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