miércoles, 7 de abril de 2010

MISTERIO DORMIDO

*
Un misterio dormido nos deja ver la luna,
para soñar despacio con el centro del alma
y perseguir las letras de todas las palabras
que recuerden el pulso en medio de la bruma.

La verdad de la niebla se encuentra siempre oculta,
en ella suspiramos por diluir el karma
y alcanzar nuestra luz con el fulgor del alba,
como un viaje en delirio tras ingerir datura.

Las visiones sonámbulas disminuyen la ira
con agua de los lagos y frío de los hielos,
en medio de las horas, buscando nuestro nombre.

Ofrecemos sin pánico los dones de la vida
para encontrar el vórtice volando con el viento,
sabiendo que la sombra se disuelve en la noche.


Ana Muela Sopeña

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