*
Yo te amé como el río a los espejos
en ánforas de luz, dentro del agua,
sabiendo del peligro
de la licantropía en tu guarida.
Te pregunté si yo era diferente
a mujeres anónimas, sin rostro,
que atravesaron ciegas el umbral
de tu mundo poblado de reptiles.
Y sólo respondiste con silencios
encerrados en fosos muy extraños,
donde crueles miradas se posaban
sobre alféizares llenos del olvido.
Yo te amé como igual, no como esclava,
y tuve que partir hacia mi reino,
con espacios de sombra compartida
en la raíz del alba, sueño y mácula.
Tú evaluaste mi piel de concubina
como si fuera sierva de tu feudo
y tu error fue no ver mi sed de tiempo
adherido a los campos de la vida.
Me tuve que escapar a otros rincones,
para soñar despierta con gaviotas
que sintieran del pacto sólo el frío
imantado en cristales de mutismo.
Yo te amé como supe o como pude,
esperando tu mar de enredadera.
Tú quisiste engancharme a tus castigos,
me disolví en la noche, hielo y bruma.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Un poema doloroso y lleno de desilusión, pwero con un lenguaje y una estructuro genial, y metáforas de mucha altura. Me encantó, Ana.
Un beso
Gracias por venir y leerme, Carlos.
Un beso
Ana
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