lunes, 26 de abril de 2010

UMBRALES VACÍOS

*
Las sombras me recuerdan que la historia
invade el territorio de la noche
con la lluvia silente y melancólica,
en la ciudad sonámbula.

En umbrales vacíos
los hombres solitarios se entretejen
con las farolas lánguidas

y semáforos fríos que respiran
el aire de los gatos callejeros.

Las mujeres cabalgan sobre heridas
ocultas en las plazas de silencio
y se arrastran desnudas
por huecos de temor en los portales.

La oscuridad inunda la nostalgia
de los entes perdidos
que nos miran sin máscaras
desde otra dimensión de la experiencia.

El misterio se esfuma en las aceras
mientras la bruma avanza sin un límite
por nuestra piel que busca el tacto cálido
de alguien definido con un nombre.


Ana Muela Sopeña

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