*
A Pere Bessó, aliado en la palabra
Perdido en su sueño mágico
un poema espera
esa mirada íntima que lo saque del letargo.
Las palabras no saben del exilio,
porque yacen sin pánico
bajo la sangre azul de los poetas.
Escondido en el código del sur
un verso se refleja en un cristal.
Las sílabas renacen cada noche
como si fueran pájaros en nidos.
Ana Muela Sopeña
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