*
La sombra preguntó a la arena:
- ¿Me amas?
- No, no te amo, procuro que me abraces y derritas mi hielo con tu piel.
La arena preguntó a la sombra:
- ¿Dónde residen los silencios del cuaderno de luz?
- En el instinto suave de un precipicio lúdico que sangra.
Ana Muela Sopeña
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