*
- ¿A quién amas?
- Amo el reflejo de los sueños postergados en los ojos de la gente.
- ¿De dónde vienes?
- Vengo de un mundo donde todo es de oro y plata y en mi castillo rojo cultivo la orquídea de la visión.
- ¿Adónde vas?
- Me dirijo a un destino sin agua, como una travesía del desierto, con esas caravanas de la luz que marcan los rituales de la noche sin tiempo.
- ¿ Y qué deseas?
- Tan sólo ser una partícula del viento, compartiendo la nada con el círculo y el todo con los árboles, para sobrevivir tras la hecatombe.
- ¿Y cuál es el código?
- Mi código son letras en la arena y jeroglíficos de niebla, ideogramas de luna y la caligrafía de las lobas.
- ¿En qué idioma transcribes los mensajes?
- En la lengua que pacta con raíces y con cuevas, que transgrede los márgenes del mundo y soluciona enigmas en la bruma, con esas matemáticas sagradas que aguardan el consejo de los sabios.
- ¿ Pero a quién amas cuando sube la marea?
- Al espejo sin ruido que protege mi utopía en las briznas de hierba con aulagas y al hombre misterioso que me observa desde un faro tranquilo en la tormenta.
- ¿ Y cómo es la visión de medianoche?
- Una palabra etérea que transforma el mundo en luz...
Ana Muela Sopeña
- ¿A quién amas?
- Amo el reflejo de los sueños postergados en los ojos de la gente.
- ¿De dónde vienes?
- Vengo de un mundo donde todo es de oro y plata y en mi castillo rojo cultivo la orquídea de la visión.
- ¿Adónde vas?
- Me dirijo a un destino sin agua, como una travesía del desierto, con esas caravanas de la luz que marcan los rituales de la noche sin tiempo.
- ¿ Y qué deseas?
- Tan sólo ser una partícula del viento, compartiendo la nada con el círculo y el todo con los árboles, para sobrevivir tras la hecatombe.
- ¿Y cuál es el código?
- Mi código son letras en la arena y jeroglíficos de niebla, ideogramas de luna y la caligrafía de las lobas.
- ¿En qué idioma transcribes los mensajes?
- En la lengua que pacta con raíces y con cuevas, que transgrede los márgenes del mundo y soluciona enigmas en la bruma, con esas matemáticas sagradas que aguardan el consejo de los sabios.
- ¿ Pero a quién amas cuando sube la marea?
- Al espejo sin ruido que protege mi utopía en las briznas de hierba con aulagas y al hombre misterioso que me observa desde un faro tranquilo en la tormenta.
- ¿ Y cómo es la visión de medianoche?
- Una palabra etérea que transforma el mundo en luz...
Ana Muela Sopeña
2 comentarios:
Una palabra etérea que transforma el mundo en luz...
Sí, así es la visión de medianoche. Y así es el reflejo de los sueños postergados en su abecedario.
Magnífico poema, meiga.
Un abrazo de sueño
Manuel
Gracias, Manuel, por pasar y dejarme tus palabras.
Un beso de meiga
Ana
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